Los límites del cuerpo en la danza
Por Guille Montiel
Estamos casi entrando en la recta final de PRISMA—Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, 2022, y uno empieza elaborar nostalgias. A partir de las 8 p. m., en el Teatro Ateneo de Ciudad del Saber, nos ofrecen doble función. La segunda de ellas, del dueto español-israelí conformado por Sharon Friedman y Arthur Bernard-Bazin.
Ambos nos harán reverberar ad infinitum la pregunta ¿Hasta dónde?, nombre también de esta puesta multipremiada que se ha presentado a nivel mundial unas quinientas veces, tanto en su formato íntimo de dúo como en propuestas grupales de grandes compañías, desde que fuera concebida en 2011.
Desde las sombras, sale un solo cuerpo de cuatro brazos, cuatro piernas y dos cabezas, una que cuelga y otra que, tal vez, comanda.
En esta dualidad de los cuerpos danzantes, vemos cómo uno se ancla perfectamente en el otro, dibujando un tercer cuerpo que juega y baila con la debilidad de la inercia. Incapaces ambos de modificar por sí mismos el estado de reposo o movimiento en que se encuentra el otro, sin la guía o ayuda de su pareja, crean, sin embargo, un torbellino que va a la deriva y no sabemos a dónde irá a parar.
Como en un acto hipnótico, la sala entera sigue los movimientos ¿erráticos? de aquella pareja cuyos cuerpos parecen estar atados por una única alma.
¿Hasta dónde es la oportunidad que nos da el otro cuerpo para seguir bailando? ¿Hasta dónde nos apoyamos y confiamos en el otro que, pese a la inercia, nos sostiene y guía? ¿Hasta dónde termina un cuerpo y empieza el otro?
«¿Hasta dónde?», pregunto. «Un poco más...», responde el coreógrafo e intérprete de la obra Sharon Friedman, sentado junto a su compañero de baile en el proscenio del teatro, luego de tan magistral presentación. Un vals que, coreografías aparte, refleja la más pura improvisación de un cuerpo cuando se deja danzar por el otro.
Después de haber visto esta pieza creada en una isla española hace once años, no puedo dejar de hacerme esta otra interrogante: ¿somos lo que dejamos en los otros?... ¿O un poco más…?
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