Una pieza sobre los apegos

Fotos de Eduard Serra 


Por Getzalette Reyes

Una larga fila de personas se apreciaba la tarde del domingo 9 de octubre de 2022 en la entrada principal del Ministerio de Gobierno, en San Felipe, ciudad de Panamá.

Llamaba la atención la gran cantidad de niños y jóvenes que, en esta ocasión, querían apreciar la segunda función de La silla, pieza de la intérprete escénica española, residente en Panamá, Sara Martin, como parte de la versión número 11 de PRISMA—Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá. La primera presentación de Martín había estado bastante concurrida y llena de mucha «emotividad». Así lo contaron varios de sus asistentes.


Pero volvamos a la segunda función de La silla. Los jóvenes fueron ubicados cerca del linóleo sobre el cual Martin presentaría esta obra.

Una cálida música avisaba que ya todo iba a empezar. Sin embargo, en ese momento, una pareja decide levantarse de sus asientos y salir del patio central de la entidad estatal. Martin se da cuenta de esto y decide seguirlos. La risa del público era notoria y ya daba luces de la originalidad de la pieza.

La intérprete no está sola en escena: en el centro del patio estaba ubicada una silla, de color gris. Con este asiento se traslada hacia distintos puntos del escenario y se compenetra con el público al imitar cada una de sus expresiones.

Ella se acomoda en la silla, se pone de pie y mueve este elemento de un lado al otro, una y otra vez. El apego es notorio.

Mientras tanto, el público permanece absorto ante la presentación de esta pieza de teatro físico y danza contemporánea, en la que precisamente se ahonda en la relación entre cuerpo y objeto.

En otra etapa de la puesta, la intérprete apoya su cuerpo sobre esta silla, a la cual —como se ha dicho— se encuentra estrechamente «vinculada». Martin pareciera que intenta volar, extiende sus pies, el público sigue cautivo ante sus finos movimientos. Todo esto transcurre sobre la silla gris de la que parece no se pudiese apartar, en semejanza a lo que, por ejemplo, ocurre cuando las personas pasan largos periodos absortos en sus celulares o las redes sociales.

Ahora, la música de un popular bolero resuena en el patio central del ministerio: «Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más. No es falta de cariño. Te quiero con el alma», es parte de la letra de Nosotros, interpretada por la cantante cubano-española Omara Portuondo Peláez. Martín sigue fascinando a los espectadores con su ejecución bajo el influjo de este tema; usa toda el área que dispone para la danza, que marca una dolorosa pero evidente despedida.

«Te juro que te adoro y en nombre de este amor y por tu bien te digo adiós», expresa también la famosa letra musical que cerró la presentación.


FICHA TÉCNICA. Pulsar la imagen:

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