Todos somos migrantes



 

Fotos de Eduard Serra


Por Thyrza Guerrero

Domingo 9 de octubre de 2022, 8 p. m. Xielo, el hogar de Gramo Danse, se encuentra repleto por un público que espera con ansias la doble función que PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, en su edición número 11, les tiene preparada.

El turno es de México y la compañía 8 Segundos Danza, que nació en 2010 bajo la dirección del cubano Jairo Cruz y la mexicana Lorena Carrión. Paulina Fernández se incorpora con posterioridad a la dirección durante su estancia con Cruz en el Centro de Producción de Danza Contemporánea. 

El nombre de la compañía está inspirado por la constante rítmica que existe dentro de la danza y el arte. Sus piezas normalmente llevan a la escena su apreciación de la realidad convencional, para descomponerla y crear una ficción.

La pieza seleccionada, Ciudades Invisibles, fue finalista del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, México, 2021. Esta surge del deseo de un encuentro creativo entre personas, en un mundo que actualmente parece desafiar toda lógica.

La interpretación está a cargo de Jairo Cruz, Paulina Fernández y Roberto Mosqueda. Circula un fuerte rumor de que el cubano Jairo Cruz no está, ya que hace un par de meses decidió ser parte de las estadísticas de quienes migran en la ruta hacia el llamado sueño americano.

Anuncian la segunda llamada. El público, que conversa animadamente, no percibe que en el escenario ya hay acción. Quizás interpreta que se trata de los backstages que están colocando parte de la escenografía o la utilería. En fin, los asistentes continúan con su tertulia. Sin embargo, para quienes notamos la presencia en escena, llama poderosamente la atención la manera tan meticulosa, hasta amorosa se diría, con la que unas piezas se colocan en el escenario. Suena la tercera llamada. El público guarda unsilencio expectante. Se vislumbran tres bailarines y 4 elementos que, con imaginación, bien semejan figuras humanas.

Ausencia de música inicial. Solo sonidos que surgen de una especie de zapateo y de la boca de los intérpretes, lamentos o, quizás, quejas de dolor o cansancio, son una constante en la rítmica. El viaje de estos migrantes ha comenzado. Es aquí donde descubres que, en efecto, no son tres sobre el escenario, sino siete. Una propuesta construida sobre movimientos prolijos que permiten que los cuerpos se descompongan para volver a unificarse. La pieza propone el viaje por diversas ciudades: la de los recuerdos, la de las abuelas, la de los antiguos, la de la primavera, la santa, la del arte.

Son varias las razones que llevan al ser humano a migrar, abandonar lo que tiene y comenzar de cero en lugares desconocidos. Quizás todos lo hemos hecho alguna vez en nuestras mentes. Y es que hay que tener coraje para vivir los distintos infiernos que atraviesa el que emigra en la búsqueda de ese mejor mañana. La soledad es inevitable, lo desconocido atemoriza. 

Cada movimiento de Ciudades Invisibles invita a vivir el drama migratorio de quienes escogen dicho destino. Se percibe una mayor carga emocional, en efecto, Jairo ya no es uno de ellos. Está viviendo el mundo que a través de Ciudades Invisibles nos invitó a conocer.


FICHA TÉCNICA. Pulsar la imagen:


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